Un buen postre es el broche de oro de una comida, y en este sentido es hora de desterrar los prejuicios que relegan este plato a un plano secundario respecto a los platos o elaboraciones saladas, pues tiene por sí mismo una importancia propia. Por otro lado, y tal como nos dice MARÍA ZARZALEJOS -autora asimismo de «La cocina de la olla a presión» (Espiral 1606)-, «no es necesario ni fundamental tener unos grandes conocimientos de repostería para poder prepararlos... Numerosos postres se pueden elaborar sólo poniendo un poco de interés en querer hacerlos». EL LIBRO DE LOS POSTRES da cabida a los dulces y los semidulces, los clásicos y los modernos, los fáciles y los algo más complicados, y no sólo a los basados en la tarta y el pastel, sino también en la fruta, el queso, los frutos secos, los dulces, los sorbetes y los helados, integrando un variado y rico repertorio de recetas, dirigidas todas ellas a obtener un éxito seguro.