En las últimas décadas las sociedades industriales han evolucionado hacia una economía interconectada en la que los procesos de generación y difusión de nuevo conocimiento son la clave de su crecimiento. En este contexto, las ciudades han dejado de ser meros brazos administrativos que despliegan las políticas de gasto de estados centralizados para convertirse en polos de competitividad global con una creciente necesidad de atraer empresas, personas e ideas. Las disparidades urbanas de PIB per cápita no son ya interpretadas, de hecho, como el fracaso de las políticas redistributivas del estado, sino como el resultado de diferencias en la productividad de los factores, en estructuras productivas más o menos intensivas en capital, o en una mayor o menor densidad de infraestructuras físicas y tecnológicas. Él Área de Vigo no es ninguna excepción a estas dinámicas globales. En este informe se diagnostica la complejidad de la situación pero también se sugiere que, en contraste con otros momentos históricos de crisis, la ciudad nunca ha estado en mejores condiciones para enfrentarse a un cambio de paradigmas. Vigo cuenta con los recursos necesarios para sostener el avance en los factores que conforman el núcleo de los incrementos de productividad: tecnología, talento y know-how organizativo. Las propuestas que aquí se incluyen, por tanto, buscan desarrollar las capacidades necesarias para movilizar esos recursos sobre la base de iniciativas económicas y sociales que, lejos de percibirse como ámbitos de actuación inconexos o incongruentes, conforman en este trabajo las dos caras de la misma moneda. El objetivo no es otro que consolidar la transición de la ciudad desde un centro geográfico de producción material de bienes a un centro de generación de conocimiento para la innovación.