Pretende ser un libro útil, un libro orientado a la acción, que sirva de guía y ayuda a gestores públicos -sean técnicos, directivos o políticos- en su esfuerzo cotidiano para humanizar la economía y darle un sentido ciudadano. Sin embargo, no se trata de un mero manual centrado en los aspectos económicos de la gestión ciudadana, ya que posee una intención política muy clara: mostrar cómo la economía debe estar al servicio de las personas y no al revés. A lo largo de sus páginas, el autor reflexiona, traza líneas de acción e incluso se arriesga a formular algunas propuestas concretas. Las pretensiones de objetividad y cientificidad se han dejado al margen para abordar los problemas que atañen a nuestro mundo más inmediato de una manera subjetiva y comprometida, buscando soluciones que permitan a nuestras ciudades evolucionar hacia unas formas de relación económica más humanizadas, en las que todos, en tanto que ciudadanos y ciudadanas, nos convirtamos en protagonistas de su desarrollo.