Este libro empezó a escribirse a principios del 2010, cuando la crisis global parecía remitir, no así la española, y las tormentas de deuda soberana de la Unión monetaria todavía no habían cristalizado. Desde entonces, y en especial desde mayo de este 2011, las turbulencias financieras se han sucedido y extendido, a causa de la desconfianza que varias economías del Eurosistema, entre ellas la española, lo que da lugar a elevaciones espasmódicas de las primas de riesgo. Y añádase a ello la crisis que aqueja a la economía norteamericana, resultado también de su abultado endeudamiento. El panorama global está, por tanto, teñido por múltiples incertidumbres, incertidumbres que refuerzan, a nuestro juicio, la idea central de este trabajo: que, a menos que se inicien, sin dilación, las reformas que nuestro tejido económico requiere, reformas que sólo surtirán efecto a medio y largo plazo, la economía española experimentará, en el futuro, múltiples dificultades para crecer y crear empleo.