En tiempos de zozobra económica, cuando los expertos parecen incapaces de ofrecer otra soluciones que no sean parches o recetas con los mismos modelos, apenas disimulados, que han causado la crisis global, la propuesta de GUNTER PAULI desprende el aroma de lo revolucionario y lo posible a la vez. Revolucionario porque va más allá de dos modelos que se han revelado ineficaces: la economía financiera, basada en el crédito y la deuda, y la «economía verde», que trata de preservar el medio ambiente a costa de grandes inversiones que la vuelven inviable. La «economía azul» parte de una premisa sencilla: servirse del conocimiento acumulado durante millones de años por la naturaleza para alcanzar cada vez mayores niveles de eficacia, respetando el medio y creando riqueza, y traducir esa lógica del ecosistema al mundo empresarial. PAULI sugiere estimulantes posibilidades: desde aplicar el diseño bicolor de la piel de las cebras o la estructura de los termiteros a la arquitectura bioclimática, a teléfonos móviles que se recargan sin batería gracias a la diferencia de temperatura entre el aparato y el cuerpo humano, pasando por la reutilización de los desechos mineros o agrícolas. Presentado como informe para el Club de Roma, LA ECONOMÍA AZUL expone cien iniciativas empresariales innovadoras que pueden generar cien millones de empleos en los próximos diez años: innovaciones reales, científicamente contrastadas y económicamente viables, algunas llevadas ya a la práctica, que señalan una vía alternativa hacia un mundo mejor.