El mundo del marketing y la publicidad está cambiando. Las inversiones millonarias ya no son tan efectivas como antes porque se diluyen y a veces ni siquiera llegan al consumidor final. Y cuando el bombardeo masivo de mensajes ha dejado de ser útil para posicionar una marca, hay que buscar otras fórmulas más personales y directas que conecten con el consumidor. Nuestra sociedad se ha convertido en una aldea global donde la comunicación es un valor prioritario. Pero comunicación heterogénea y segmentada en función de muchas variables. No hay un único público y sí muchos destinatarios individuales. Al mismo tiempo, el marketing ha dejado de ser patrimonio exclusivo de las grandes corporaciones y pasa a ser un componente esencial en la estrategia de cualquier empresa con independencia de su tamaño. Es en este contexto donde el Field Marketing llega para democratizar el marketing y la comunicación, actuando de una forma singular e independiente para llegar hasta el consumidor final y captar su emotividad en el propio punto de venta. El Field Marketing es el marketing que utiliza los recursos humanos como soporte, la comunicación face to face para atrapar al consumidor, ya sea en el punto de venta, en la calle o en su lugar de ocio o de trabajo. En definitiva, el Field Marketing se configura como la herramienta más eficaz para conectar la marca con las personas. Persigue la interactividad y la cercanía con el público. Dirige sus esfuerzos y la creatividad hacia acciones que favorezcan la comunicación personal. Busca la emoción y se aleja de la pasividad habitual de los mensajes diseñados para diferentes públicos.