Poco bienes económicos tiene una incidencia tan y directa en el funcionamiento y organización de nuestras sociedades como aquellos que por su peculiar naturaleza son tipificados dentro de la categoría de los denominados bienes públicos. Sin embargo, de entre todos ellos hay uno que destaca especialmente, este es el caso de defensa nacional, ya que los efectos e implicaciones de su suministro trascienden en el ámbito puramente económico al actual tanto como factor de garantía y protección de la vida, propiedades y derechos de los agentes económicos, así como por efectos en el crecimiento económico y el desarrollo tecnológico de la estructura económica y productiva de los países... Dos son los aspectos que llaman particularmente la atención cuando se analizan las cuestiones relacionadas con la defensa nacional desde el enfoque de la teoría económica. Uno es que probablemente, los intereses públicos y privados se interrelacionan y confunden de una manera tan estrecha y profunda que hacen que la influencia de unos sobre los ostros supere a la de cualquier otro bien de naturaleza económica ya bien sea público o privado. Otro es el que en análisis específico de las materias relacionadas con la defensa nacional no suele ser objeto de estudio en los programas oficiales de economía de los colegios y universidades, aún cuando las inversiones y el gasto en defensa nacional representan un factor de no escasa importancia e incidencia en la economía de los países.