El mobbing en la Administración es una tragedia humana que se permite y se consiente como un medio de neutralizar a empleados que resulten incómodos para el directivo de turno, por diversas razones, unas más confesables que otras. Hablar de mobbing administrativo es hablar de mobbing laboral. Ambos persiguen idénticas finalidades: la destrucción del hombre en su dimensión laboral-intelectual primero y la expulsión, después, del centro de trabajo. Pero las consecuencias no se limitan a la simple relación jurídica que vincula al funcionario con su Administración. Sus efectos tóxicos se trasladan a su ámbito social y sobretodo, al familiar, provocando daño moral y en el mayor número de ocasiones, daño psiquiátrico. Porque en suma se le hipoteca un futuro sin mayor motivo y razón, destruyendo un presente por una persecución extrema, silenciosa. La burocracia mal empleada como sistema de organización, tiende a extremar estas conductas reprobables porque se construye sobre la autoridad y jerarquía, creando situaciones asimétricas de poder: dominación del funcionario directivo sobre el funcionario dominado, a voluntad propia o a golpe de expediente disciplinario. La falta de Códigos Éticos en nuestras Administraciones Públicas, sea porque no existen, sea porque son testimoniales, no impiden estas actuaciones. Las inercias de poder siempre tienden a proteger al funcionario directivo prescindiendo del subordinado. Junto al miedo, como estrategia gestora, dibujan una Administración insolidaria con los perseguidos...el instinto de conservación impide complicidades que puedan resultar perjudiciales. El aislamiento se erige en compañero diario en esa dura tempestad. En plena efervescencia de los Derechos humanos, de la Ética de Tercera generación, de la Responsabilidad Social Corporativa, el mobbing es un anacronismo que surge de voluntades anquilosadas, impenetrables por las nuevas formas de gestión construidas sobre el capital humano en la organización, fuerza motriz de todo el Sistema. La Nueva Gestión Pública se erige sobre el respeto a la dignidad de la persona y sobre una concepción horizontal, menos vertical, en el ejercicio de potestades directivas que mal empleadas no divergen en mucho de lo que hoy cabe entender como tortura psicológica. Ampliamente estudiada en la Ciencia del Derecho Penal. Extracto índice: Introducción. Reflexiones sobre un hoy burocrático permisivo del acoso moral. 1. Miedo e incertidumbres en las organizaciones públicas 2. La tecnología gerencial: el miedo como fracaso gestor 3. El estado como instrumento de coerción 4. Derecho disciplinario enfatizado en un entorno caótico El acoso moral hoy La problemática actual del mobbing Problemas concurrentes en el acuso administrativo El prejuicio judicial sobre el empleo de la pericial médica La justicia gratuita no reconocida a los funcionarios púbicos Análisis de la gerencia realizada por el acosador en el supuesto de mobbing descendente Soluciones propuestas para erradicar el acoso moral de la administración pública Aspectos organizacionales, adoptando los criterios de la Gobernanza y de la NGP La innovación en la Administración Pública y el acoso moral La Gobernanza en una Administración con acoso moral Códigos Éticos o de conducta efectivos La insuficiencia de las normas jurídicas para evitar el acoso moral Contenidos de los Códigos éticos: el acoso moral como elemento esencial ¿Los resultados de los Códigos éticos? El acoso moral como materia propia de Código de Ético Causas procesales Vías jurisdiccionales ante el acoso moral Aplicación del principio pro actione en relación con el valor Justicia del art. 1.1º CE El acoso como lesión de derechos fundamentales y Estatuto básico del empleado público Ley 7/2007 Relaciones de especial sujeción El principio in dubio pro liberate La interpretación extensiva en la aplicación de la contraexcepción del art. 86.2º.a) LJ en el proceso especial de protección de derechos fundamentales