¿Cómo es posible que la inteligencia individual acabe convertida en incompetencia colectiva? ¿Qué podemos hacer para transformar las organizaciones histéricas e hiperactivas en empresas regidas por el sentido común?
El conductor del tren estaba nervioso, llevaba un minuto y medio de retraso, podía caerle una segunda sanción en un mes. Para ganar tiempo aceleró, descarriló, y se produjo la mayor catástrofe ferroviaria del Japón: más de 40 muertos y cerca de 300 heridos.
Las empresas padecen una especie de esquizofrenia entre sus mezquindades del día a día y los ingenuos discursos sobre la excelencia. El orgullo, la pereza o la rutina no salen mencionados en los libros de gestión, pero sí están instalados en nuestras oficinas. La búsqueda de la excelencia no resulta el mejor planteamiento para trabajar. No es verdad que si se quiere se puede, ni que lo que no se mide no se puede gestionar. Aunque somos capaces de hacer muchas cosas, no podemos realizarlas todas a la vez, y encima todas bien. Las relaciones con los jefes siempre son tensas, y ¿no es verdad que los mensajes clave se dan en los pasillos en lugar de en las reuniones? ¿Por qué redactar tantos manuales de procedimiento si no los leemos?
Gabriel Ginebra quiere, desde la ironía, echar por tierra tópicos tan asentados como la necesidad del cambio o de la motivación para trabajar. El japonés que estrelló el tren para ganar tiempo es una forma nueva de ver la realidad empresarial. Una forma tan radicalmente nueva y tan real que no es otra cosa que volver a lo de siempre, reivindicar que las personas de carne y hueso recuperen el lugar que les corresponde en las empresas.
** Mejor libro de empresa 2012 según Know Square
Reseñas:
«Gabriel Ginebra desnuda con inteligencia las miserias de nuestras empresas y propone una vuelta a la gestión con sentido, que ponga a la persona en el centro. En tiempos de crisis económica y moral faltan ideas donde agarrarse. Un libro único, entretenido y muy esperanzador.»
Leopoldo Abadía, autor del bestseller La crisis Ninja
«El japonés que estrelló el tren es una radiografía descarnada de cómo funcionan algunas empresas y da pistas de cómo recuperar la normalidad. Gabriel ha vuelto a dar en el clavo.»
Javier Fernández Aguado, socio director de MindValue, premio Peter Drucker a la innovación en management (EE.UU., 2009).
«Para que una empresa avance (innovando, creciendo, adquiriendo, reestructurando) hay que ver su realidad desde distintas perspectivas. Empeñarse en encontrar la solución óptima puede llevar a la parálisis. En esta búsqueda de riqueza mental aparece esta ingeniosa perspectiva de Gabriel Ginebra.»
Pedro Nueno, profesor de IESE Business School
«El optimista cree que vivimos en el mejor de los mundos posibles, el pesimista teme que eso sea cierto. Un brillante y