Una ceremonia sutil, cómica y terrorífica de vejación y manipulaciones.
Ivy Compton-Burnett es una de las mayores novelistas del siglo y Criados y doncellas una de sus obras más perfectas. Como siempre ,la autora británica indaga en las sombras de la familia y el poder, abordadas en esta ocasión con un ingenio destilado con la delicadeza de matices propia de los mejores whiskies. Horace Lamb es un déspota con su mujer, con sus hijos, con el servicio. Y su mansión -otro de los personajes esenciales- se prepara para servir de escenario ideal, preferiblemente durante el desayuno o el té vespertino, a una cómica y a la vez sobrecogedora liturgia de la humillación. Por debajo de los afilados y sangrantes diálogos flotan asuntos como el crimen, el parricidio o el adulterio. En otro plano, el servicio -especialmente el mayordomo Bullivant y la cocinera- representan otras ceremonias, reflejo de la hipocresía y el cinismo de sus amos. Y en una tercera dimensión, los niños ejercen con toda impunidad su terrible crueldad.