Este libro analiza desde una perspectiva multidisciplinar las consecuencias que tiene la puesta en marcha de estructuras y procesos de autorregulación sobre el régimen de las sanciones, ya sean éstas administrativas, penales o disciplinarias. El diseño de esas estructuras de autorregulación social y económica en un determinado sector de la realidad puede condicionar los términos en los que los poderes públicos regulan e imponen sanciones a los agentes que en él intervienen. En la obra se afrontan sucesivamente tres grupos de problemas: primero, los fundamentos teóricos y normativos de la autorregulación regulada; segundo, las implicaciones estructurales de la autorregulación sobre el Derecho sancionador penal y administrativo; y, en fin, algunos ámbitos de referencia que permiten observar el fenómeno desde una perspectiva sectorial, como los riesgos laborales, la defensa de la competencia, o el funcionamiento de los partidos políticos.