Las ciento treinta y una recetas que presentamos en este libro no se corresponden con el sentido más tradicional, valga la redundancia, de la cocina tradicional asturiana, más sometida al imperio de las cocinas de carbón y de los llares. El siglo XX ya forma parte de la tradición y las cocinas de gas, eléctricas, vitrocerámicas o de inducción, unas más que otras, empiezan a tener su tradición. Por otra parte, tampoco los productos que se cocinan están limitados a lo que puedan proveer una economía de autoabastecimiento o los pequeños mercados locales, y algunos de ellos forman parte de la tradición asturiana sin haber pasado por el trámite de un origen autóctono. Los ocho capítulos que componen el libro (De la fabada y los potes, De los caldos, sopas y cremas, De las potentes patatas, De los arroces, De las diversas carnes, De los mares someros y de los profundos, De los postres y de la llambia) agrupan un buen elenco de recetas que han devenido ya en asturianas y que forman parte de la dieta de los asturianos tanto para los días normales como para las celebraciones y festividades. Redactadas de manera nítida y precisa, estas recetas permitirán a sus usuarios poner en práctica con facilidad los platos más característicos de nuestra rica y variada gastronomía.