UNIV.CANTABRIA Sivumäärä: 56 sivua Asu: Pehmeäkantinen kirja Julkaisuvuosi: 2015, 02.03.2015 (lisätietoa) Kieli: Espanja
El reconocimiento tardío de las pérdidas por deterioro en el valor de los activos es considerado por muchos como uno de los factores determinantes de la crisis financiera desencadenada tras el hundimiento del banco norteamericano Lehman Brothers. Se acusa al sistema de información contable de no proporcionar al mercado información que permitiera evaluar a tiempo las pérdidas de valor de determinados activos bancarios, estimando por exceso los ratios de capital de las principales instituciones financieras internacionales. Cuando finalmente los bancos comenzaron a reconocer contablemente las pérdidas latentes en los balances, la crisis se hallaba en un estadio muy avanzado, con tasas de morosidad al alza y caídas generalizadas en el margen de negocio. La disminución subsiguiente del capital generó una mayor disminución del crédito disponible para empresas y familias y, por ende, un mayor deterioro de la coyuntura macroeconómica. Utilizando una amplia muestra de entidades financieras ubicadas en 54 países para el periodo 1997-2009, este trabajo identifica los determinantes fundamentales del grado de conservadurismo en el reconocimiento de las pérdidas por parte de la banca internacional. En concreto, se utiliza un indicador de conservadurismo propuesto previamente en la literatura (Beatty y Liao, Journal of Accounting and Economics, 2011), y se evalúa el efecto sobre el mismo de variables ligadas a a) el sistema de supervisión bancaria, b) la normativa sobre capital mínimo, c) la estructura de gobierno de las entidades, y d) el grado de competencia del mercado nacional. Nuestros resultados sugieren que el conservadurismo contable es mayor en países con regímenes de supervisión más estrictos y normativa bancaria más exigente, tanto en lo relativo al ratio de capital como en lo referente a las limitaciones en el ejercicio de determinadas actividades financieras. Los bancos cotizados tienden a ser más conservadores que los no cotizados. Finalmente, el grado de competencia en el sector aparece positivamente correlacionado con el nivel de conservadurismo.