TREA Sivumäärä: 206 sivua Asu: Pehmeäkantinen kirja Julkaisuvuosi: 2008, 01.04.2008 (lisätietoa) Kieli: Espanja
Impulsada por la mejora de las comunicaciones y el desarrollo de la actividad portuaria, la industrialización que a lo largo de los dos últimos siglos vivió Gijón, durante los cuales se produjo un notable aumento de su población y un extraordinario florecimiento, en multitud de ámbitos de su espacio urbano, de fábricas, talleres e instalaciones vinculadas a la actividad industrial, reúne una serie de peculiaridades que la diferencian de la acaecida en otros núcleos de su entorno geográfico: la convivencia de una ciudad industrial con un centro veraniego, la integración de las instalaciones fabriles con la población en numerosos barrios e incluso con la zona rural y la estrecha convivencia entre viviendas burguesas y obreras hacen de Gijón y su comarca un lugar especialmente atractivo para estudiar y valorar su patrimonio industrial. Lejos de limitarse a una mera recensión de empresas, fábricas o talleres, clausurados o en activo, desde un punto de vista únicamente económico, la investigación sobre el patrimonio industrial tiende a realizar una valoración global del fenómeno industrial, en sus dimensiones no solo económicas o históricas, sino también sociales, culturales e incluso artísticas. Así, el libro que aquí presentamos, cuyo ambicioso y logrado objetivo es abarcar los principales hitos de la arquitectura industrial gijonesa desde las dimensiones citadas, ofrece una visión apasionante del devenir de la ciudad en los últimos siglos, una visión, además, en su sentido literal, pues sus autores han reunido aquí un espléndido y llamativo material gráfico que ilustra magníficamente el relato de la evolución industrial gijonesa. Vinculado, pues, el patrimonio industrial local a la economía, la historia y las expresiones artísticas, esta Huella de una ausencia permitirá al lector, primero, conocer detalladamente las principales manifestaciones arquitectónicas de la industria local y, a la vez, valorar y apreciar como se merecen los vestigios de una actividad que tanta influencia ha ejercido, ejerce y seguirá ejerciendo sobre la vida de los gijoneses.