De la situación política y social en la primera mitad del siglo XIX español, se destaca un factor: la función de las sociedades secretas como elemento aglutinante de las diversas corrientes políticas. Las insurrecciones y motines que fomentaron los miembros de los clubs y sociedades secretas, cambiaron radicalmente la relación entre las diversas capas sociales, atrayendo al activismo político a miles de hombres de los más variados sectores populares. El libro ""Masones, comuneros y carbonarios"" de la investigadora Iris M. Zavala, profesora en varias universidades norteamericanas, estudia el nacimiento y evolución de estas sociedades secretas en España y su participación como organizaciones políticas peninsulares, estableciendo sus nexos con el resto de Europa. La situación del país impulsaba al movimiento democrático hacia la organización clandestina. La actividad política secreta, iniciada por la masonería en la primera década del siglo XIX, se fue transformando. Las organizaciones más radicales -los comuneros fueron el núcleo decisivo -comprometieron al pueblo en la causa de la libertad y en defensa de sus propios intereses; ellos destacaron la importancia de este compromiso y trataron de mantener viva una actuación que los liberales más conservadores quisieron ahogar. La acción de estas sociedades secretas configura decisivamente la formación de los partidos políticos peninsulares. ""Falta mucho por saber -nos dice la autora- sobre estos grupos: su composición social, sus motivaciones, comportamiento y metas políticas. Nuestro propósito no es responder a todas estas preguntas, sino empezar a llenar el vacío que existe en la historia española de esta época. Quiénes eran los líderes, cuáles sus programas, qué intereses defendían, cómo se organizaban, serán algunos de los puntos que trataremos en estas páginas.""