Estamos hechos de tiempo, habitados por tiempos múltiples yheterogéneos que se cruzan, se interfieren, se entremezclan Lapolítica, según Zenia Yébenes, tiene que dar cuenta de ello.La memoria, entendida como la inscripción y transmisión de distintosritmos de tiempo de vida y de materia, se constituye como un elementocrucial que modifica nuestra relación con el mundo, transformando asínuestro modo de percibirlo. El hilo conductor de estas páginas es,entonces, la articulación del tiempo y el imaginario como aquello quepermanece aún impensado en la relación de lo humano con la vida y laTierra, bios y geos.Zenia Yébenes propone imaginar otro modo de política que contemple las diferentes formas de tiempo de las que estamos hechos. Tiempos que no sean los de la nostalgia del origen perdido ni los de la memoriatraumática ni únicamente los de la memoria como ejercicio deliberado y crítico. Necesitamos otra forma de mirar lo que nos constituye: eldía a día, lo ordinario, la inquietante intimidad con el tiempo de los animales, el tiempo de los muertos y también el tiempo de los dioses.