Traducir el horror investiga la relacion entre memoria y traduccion, para lo cual asume que la refraccion de los textos es una forma de hacer memoria. El termino (re)escritura, que incluye la traduccion y otras formas de recontextualizacion, sera el nucleo vertebrador en torno al cual se analice la manera en que el Holocausto ha ganado visibilidad en el discurso publico, asegurandose asi su supervivencia en la memoria colectiva. Ahora bien, la forma que ha adquirido el recuerdo del suceso no se ajusta de forma fiel a lo que fue la realidad concentracionaria; y es que en su (re)escritura se cuelan elementos que alteran el significado del acontecimiento historico, ajustandolo a los mandatos de la politica, la ideologia y la economia. Dado el contenido sensible de los hechos referidos, el asunto es singularmente delicado y, de ahi que este sujeto a condicionantes morales, aunque no olvidamos que es un proceso inevitable.