Hornear galletas frenéticamente a media noche. Agendas de citas para ir a jugar a casa de alguien más complicadas que las de una cumbre por la paz. Se acabó el sexo. Se acabó salir de noche. Se acabó dormir. Para siempre... ¿Qué errores hay en este dibujo? Es la pregunta que se hizo Judith Warner después de observar, en el mundo de la maternidad moderna, a las mujeres ansiosas en el trabajo, en el hogar y en el lecho con un marido insatisfecho. Una auténtica locura ofrece un relato de la cultura y la vida contemporáneas. También examina los motivos por los que las madres que aparentemente lo tienen todo se sienten agotadas, insatisfechas e impotentes, e investiga cómo las madres actuales se han convertido en unas fanáticas del control, convencidas de que tienen que encargarse de todo solas. Este libro es la investigación de una sensación. La sensación estranguladora que tienen hoy muchas madres de hacer siempre algo mal. Y también es sobre la convicción personal de que hoy ese sentimiento (ese cóctel tan extendido y asfixiante de culpa, ansiedad, resentimiento y pesar) envenena la maternidad de la mujer. Nos empequeñece el horizonte y nos limita el pensamiento. Nos socava la energía que deberíamos tener para nosotras mismas y nuestros hijos y nos ahoga ideas que bien podrían conducirnos a la formulación de soluciones colectivas. Esta sensación está constituida por muchos aspectos, pero en realidad no tiene nombre. No es depresión. No es opresión. Es una mezcla de cosas, una especie de «demasía». Un desasosiego existencial. Un desbarajuste.Judith Warner es autora de una serie de libros de no ficción, entre los que se cuentan You have the Power: How to Take Back Our Country and Restore Democracy in America (coescrito con Howard Dean) y el éxito editorial biográfico Hillary Clinton: The Inside Story. Fue corresponsal del Newsweek en París, escribe reseñas literarias en The Washington Post y ha publicado artículos sobre política y temas de la mujer en revistas como The New Republic y Elle. Vive en Washington con su marido y sus hijos.