¿Cómo es posible que Flaubert, siendo el último gran romántico francés, parezca tan moderno en la actualidad? En esta magnífica biografía, Geoffrey Wall investiga por qué el autor de Madame Bovary sigue cautivando a los lectores modernos.
Gustave Flaubert --un hombre alto, rubio, de ojos verdes y una potente voz de actor-- vivía tranquilamente con su madre viuda, escribía novelas a un ritmo de cinco palabras por hora y, de vez en cuando, se escapaba a París para airearse un poco. Fue un gran viajero ¿conoció Córcega, Egipto, Grecia, Italia, Marruecos¿ y se relacionó con cortesanas, actrices, acróbatas, gitanos y desheredados de toda clase. Flaubert detestaba a sus respetables vecinos provincianos, y ellos, a su vez, colmaron su nombre de infamias y consiguieron que lo procesaran por haber escrito un libro que consideraban inmoral. La gente decente evitaba su compañía y él les devolvía el cumplido. Todo ello no ha evitado, sin embargo, que los personajes de Flaubert, sus novelas y relatos, sigan habitando en la imaginación literaria popular con la misma autoridad que los de Shakespeare o Joyce.
En esta obra, la biografía de Flaubert más importante que se ha escrito desde hace muchos años, Geoffrey Wall recrea con brillantez la vida y la época de un escritor de inconmensurable talento e influencia, un autor que apenas desligó sus textos de su vida y que, en ese proceso, legó una obra incomparable a la herencia cultural de Occidente.