La obra arranca en Jerusalén, con las exequias del primer maestre del Temple y la elección de su sucesor, Roberto de Craon, en el año 1136. A lo largo de varios capítulos, se describen las actividades y motivaciones de los caballeros templarios, que ansían ante todo el martirio en combate por la gloria de Cristo, hasta que un desencadenante (la bula Omne datum optimum), centra la acción en el protagonista, Balzac d'Arian, un huérfano criado por los caballeros. A causa de su corta edad, debe ser apartado, momentáneamente, del Temple, y, debido a su gran espiritualidad, es recomendado para el ingreso en un selecto convento de Roma.
Allí descubre un secreto de la Iglesia del que llega a formar parte. Se trata de una Orden hermética, los «Heraldos de Dios». Ante la inminencia del fin del mundo, en esta Orden se estudian textos prohibidos de hechicería, en distintos niveles, desde los más sencillos hasta los que permiten invocar poderes demoníacos, con el propósito de preparar a los «Heraldos de Dios» para desenmascarar al enemigo, para encontrar y destruir a los nigromantes, magos y brujos aliados de Satanás y, con el dominio suficiente, realizar exorcismos con el fin de hacer retroceder a las legiones del averno.
Pero Balzac no llega a completar su formación. En un viaje por mar hacia Barcelona, el transporte naufraga y d'Arian es apresado por los árabes de Tortosa, territorio limítrofe entre Al-Andalus y los condados catalanes. Mientras permanece cautivo en la fortaleza de la ciudad, sucederán una serie de acontecimientos que cambiarán definitivamente su forma apocalíptica de encarar la vida. Uno de ellos es el nacimiento del amor entre él y Madián, una joven árabe. Se fugará con ella de la prisión, aunque no estarán juntos mucho tiempo. Madián será secuestrada y devuelta a Tortosa.
Entonces, Balzac emprende una serie de acciones enfocadas a recuperar a su amada. Se gana el favor de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y príncipe de Aragón, quien le concede el dominio sobre una atalaya en la frontera con Tortosa, instiga a los árabes, y, finalmente, participa en el asalto a la ciudad en 1148.
Balarian es una novela muy bien documentada, que aporta una fiel visión de la época medieval a través de una historia apasionante, en la que se mezclan las batallas con las herejías, los soldados con los monjes, las armas con los rezos, el fanatismo con la tolerancia y, por supuesto, el amor con el odio. Todo ello sin olvidar que, geográficamente, la acción transcurre en los tres entornos más significativos de la Edad Media: Tierra Santa, Italia y Al-Andalus.