En un escenario en plena transformación como era la Corte de los Austrias a finales del XVI y principios del XVII, agitado por los cambios demográficos, sociales, urbanísticos e institucionales, la actividad delictiva contaba con un terreno abonado y obligaba a las autoridades a acentuar sus medidas preventivas y judiciales. Su estudio, no obstante, ha estado condicionado por lugares comunes que exageraban, por ejemplo, la presencia de la picaresca. Este libro se propone descartar algunos de esos tópicos, como la arbitraria identificación de transgresiones femeninas con delitos contra la moral, especialmente con la prostitución. Los casos de mujeres que delinquen son mucho más variados y complejos, condicionados por consideraciones ideológicas como las que llevan a la identificación entre delito y pecado, aunque con algunos matices y contradicciones como, entre otros, en el caso estudiado de las prostitutas. A partir de fuentes judiciales, legales y literarias este libro pretende ajustar esas imáenes demasiado simplistas.