Un recobrador de morosos con veleidades literarias ve cómo sus ingresos disminuyen debido a la escasa calidad de los asuntos que le encomiendan los bancos. Siguiendo el consejo de un amigo, trata de mejorar su suerte contratando de forma esporádica los servicios de un matón ruso. Al principio tiene problemas de conciencia, pero a medida que la colaboración con el mafioso se traduce en resultados cede a la tentación de encargarle todas las gestiones de recobro. Además, él y su mujer pertenecen a un grupo de intelectuales de izquierdas -el Colectivo-, liderado por un joven aristócrata progresista vinculado con el mundo editorial, al que el recobrador intenta infructuosamente hacer la pelota. Y mientras se acumulan las evidencias de que el líder del Colectivo y su mujer le están engañando ante sus narices, el protagonista descenderá por una espiral de culpa, ira y autodestrucción en cuyo centro espera una soledad aterradora.