Si existe un artista que se alza dominante en el imaginario popular, ése es sin duda Vincen van Gogh. Adorado por el público, en él se dan casi todos los tópicos que se pueden reunir en torno a la figura bohemia y maldita del pintor moderno: vida en los límites de la sociedad, fracaso profesional, soledad y problemas mentales, muerte a temprana edad olvidado de casi todos e irresistible ascensión póstuma a las cimas de la fama. Su atractiva figura y su poderosa obra han sido objeto de numerosísimas aproximaciones, además de inspirar tanto a maestros del cine (caso de Vicente Minelli o Akira Kurosawa) como a triviales creadores de merchandising. No obstante, uno de los mejores medios de comprender la obra y la figura de Van Gogh nos lo ofrecen las más de seiscientas cartas que han llegado hasta nosotros y que se presentan reunidas conforme a un orden cronológico en estos dos volúmenes. A través de ellas, el lector podrá acceder directamente, sin intermediarios, a la compleja y fascinante personalidad del genial holandés.