A partir de un texto en el que resulta imposible separar las vivencias de las reflexiones, Lluís Vallvé nos invita a repensar la educación artística y, en definitiva, la educación. El autor va desmontando la escuela, las relaciones que se establecen, el papel de los diferentes agentes y su organización, dibujando un marco de fondo sólido. Lluís Vallvé profundiza en la importancia que tienen todos los lenguajes para expresarnos y comunicarnos, pero también para poder construir conocimiento, y defiende una educación equilibrada que desarrolle todas las inteligencias y que permita canalizar más fácilmente la sensibilidad. El autor también nos muestra cómo las palabras de los alumnos, sus conflictos, las relaciones que establecen, el descubrimiento del entorno o cualquier encargo se convierten en oportunidades; para él, la vida en los centros educativos está llena de ellas y es preciso saberlas aprovechar, y nos muestra muchos ejemplos fruto de su experiencia. De este modo, a lo largo de los capítulos también descubriremos cómo, poco a poco, va definiendo una metodología en la que los niños y las niñas se convierten en los protagonistas y el arte en el motor principal.