Durante el siglo XVII las letras españolas consiguieron sus más altas cimas, de ahí que sea considerado como el Siglo de Oro de nuestra literatura. Y ello a pesar de que el país comenzaba a deslizarse por una pendiente de manifiesta decadencia en lo político, en lo económico y en lo social. El reino de Jaén no fue una excepción al fenómeno indicado. El progresivo descenso demográfico, patente en sus principales núcleos de población, constituye la prueba más elocuente de ese declive, en contraste con el esplendor experimentado en el siglo anterior. Sin embargo, al igual que en el conjunto español, el desarrollo de las letras durante el siglo XVII no sólo mantuvo el nivel conseguido en la etapa precedente, sino que en algunos aspectos lo superó. Será ya en los últimos compases de este siglo cuando el deterioro político-económico-social se muestre con toda crudeza y las artes y las letras apenas tengan posibilidad de un mínimo desarrollo.