Esta impresionante y singular novela transcurre en dos planos temporales. Uno arranca en 1867 y recrea el viaje que Dostoievski y su joven esposa, Ana Grigorievna, hicieron por distintas capitales de Europa durante cuatro tormentosos años de enfermedad, pobreza, juego y lucha contra sus propios fantasmas; el otro recoge, en un indefinido presente, el viaje del propio autor de Moscú a un Leningrado aún herido por los horrores del sitio, reconstruyendo las huellas de Dostoievski con la ayuda del diario de Ana.
Escrita entre 1977 y 1980, Verano en Baden-Baden fue sacada de Rusia clandestinamente y publicada por entregas en ruso en un semanario de Nueva York en 1982. Leonid Tsypkin jamás supo que su obra sería publicada. Hoy está traducida a catorce idiomas, considerada una obra digna de figurar entre las más hermosas, importantes y originales del siglo XX.
Dice Susan Sontag en el prólogo que la prosa de Tsypkin recuerda a Saramago y posee la fuerza de Thomas Bernhard. Y añade: «parecería improbable que aún haya obras maestras? Sin embargo, hace unos diez años, saqueando una caja de desaliñados libros viejos en una librería en la calle londinense de Charing Cross, justamente di con un libro así, Verano en Baden-Baden, que incluiría entre las hazañas más hermosas, exaltadas y originales de todo un siglo de narrativa y metanarrativa».