Si nos acercamos a cualquier publicación relacionada con el entorno empresarial, no es raro encontrar términos como motivación, empatía, cooperación, comunicación, trabajo en equipo o liderazgo. A su vez, si leemos alguna entrevista a directivos de distintas organizaciones es fácil descubrir expresiones en las que se resalta la importancia de las personas para poder llevar adelante cualquier proyecto empresarial. Sin embargo, en el día a día se observa que no siempre la teoría se confirma en la práctica. La experiencia demuestra que de lo que más rápidamente prescinde una organización es de las personas. ¿Quiénes son los primeros que salen perjudicados cuando se vislumbra una crisis? El título de la obra, Como gota de agua, quiere reflejar esta situación. Poco a poco, los conceptos psicológicos están ?empapando? el entorno empresarial y comienzan a ?perforar? el grueso muro de arquitecturas organizacionales excesivamente tecnificadas o enfoques económicos demasiado reduccionistas. Nos guste o no, una realidad se impone: somos personas, tenemos que trabajar con personas y el resultado de nuestras tomas de decisiones repercutirá en personas. De ahí que prestar atención a las aportaciones de la Psicología en el entorno de las organizaciones sea algo básico y fundamental. Nuestro objetivo no es ?sorprender con recetas mágicas?. Aunque ?el mediterráneo ya esté descubierto?, es importante sensibilizarnos de su presencia y reconocer su valor para no ignorarlo o destruirlo. El ser humano es el mismo en los diversos contextos y de ahí la necesidad de conocer sus características psicológicas para poder potenciar sus posibilidades. Si algo tenemos claro de nuestra experiencia en el mundo de la empresa es que gestionar relaciones es tan importante como diseñar la estrategia de negocio. Es prioritario concebir a las personas como ?activos a largo plazo? más que como ?recursos o bienes de consumo? que se intercambian, se venden o se compran. Muchos pensarán que realizar esta tarea puede ser utópico o imposible. Sin embargo, no hay excusa para justificarse por no hacer nada amparándose en las dificultades.