Marcella Trambaioli, profesora de Filología Española en la Università del Piemonte Orientale (Vercelli, Italia), es especialista de la poesía y del teatro del Siglo de Oro, especialmente de Lope de Vega; en éste ámbito ha publicado la edición y el estudio del poema épico-narrativo, La hermosura de Angélica de Lope, numerosos ensayos y varias ediciones críticas de comedias auriseculares (La reina Juana de Nápoles, Parte VI; Los Ponces de Barcelona, Parte IX y Angélica en el Catay, Parte X; La selva sin amor de Lope; Cada cual con su cada cual, comedia burlesca anónima, y La redención de cautivos, auto sacramental de Calderón). Se ha ocupado de las relaciones literarias entre Italia y España (la influencia de Ariosto en Lope, Cervantes y Calderón; la tragedia en España en relación con el teatro italiano, especialmente el de Giraldi Cinzio; el teatro cortesano, tanto de Lope como de Calderón, y su vínculo con Il pastor fido de Guarini), y de la guerra literaria entre Cervantes y Lope. Además, ha publicado algunos estudios sobre la literatura española contempo - ránea, interesándose especialmente por la resemantización de los códigos teatrales y literarios barrocos en los autores de la preguerra (García Lorca, Valle-Inclán, Max Aub). En este libro, anticipado por una serie de ensayos parciales, la autora ofrece una doble propuesta de lectura que va en dirección de una "cortesanización" del mensaje teatral lopesco, de manera específica el que corresponde al repertorio de la comedia de ambientación urbana: por un lado, aisla y analiza unos mecanismos de construcción del texto dramático y poético que mucho tienen que compartir con la épica, aun en un sentido muy amplio. De hecho, se trata de una transposición del lenguaje y de los valores de la épica al universo del amor, tal como había sugerido en su momento el añorado Stefano Arata. Por otro, en íntima relación con dichos mecanismos, identifica la voz del poeta aedo que, a través de las referencias panegíricas y de las máscaras autorales, rompe la ilusión dramática para captar la benevolencia del ilustre senado que asiste a los estrenos en unos espacios representacionales que no son necesariamente los del corral de comedias. Los dos aspectos se hallan estrechamente relacionados, como bien sabía el Fénix, que era un atento conocedor de la epopeya.