Educación en valores, educación intercultural y formación para la convivencia pacífica son tres conceptos que condensan la encrucijada de la educación en las sociedades abiertas, pluralistas y complejas. La educación intercultural prepara para la convivencia pacífica, porque aquella nos lleva al reconocimiento y aceptación del otro. Además la comunicación intercultural es un ejercicio de elección de valores. Y dado que los valores son cognoscibles y estimables, son enseñables y son elegibles y realizables, la educación en valores y la educación intercultural se convierten en objetivos de la formación para la convivencia pacífica. La formación para la convivencia pacífica es un ejercicio de educación en valores, tiene sentido interdisciplinar, afecta de manera compartida a familia, escuela y sociedad civil y coloca a los profesionales de la educación y al Estado en un nuevo reto de arquitectura curricular ante la condición de experto en educación en valores y la real oportunidad de asistir a centros pedagógicamente programados. El objetivo es ejercitarse en el uso y construcción de experiencia axiológica sobre la identidad y la diferencia, para construirse a uno mismo y reconocerse con el otro en un entorno cultural diverso de interacción.