Del Infierno se habla poco, afortunadamente, por que bastantes estragos ha ocasionado, sobre todo cuando se ha apelado al miedo. Pero callar tampoco es sano, porque tal vez se ataje el mal inmediato, pero a cambio del vacío. Frente a ambas posturas, ANDRÉS TORRES QUEIRUGA reacciona ofreciéndonos una reflexión rigurosa sobre el Infierno, con palabras que enganchan que afecta a todos: ningún creyente puede escapar a sus interrogantes, porque, en un momento y otro cada cual acaba viéndose obligado a buscar la manera de que la comprensión de este concepto no rompa la coherencia de la fe ni envenene las fuentes de la vivencia personal. Justamente ésa es la preocupación de estas páginas, que afrontan las preguntas que de verdad interesan y desarrolla el problema desde dentro, huyendo de todo ""adoctrinamiento"" desde fuera. El autor afronta la tarea, con sobriedad y claridad, desde lo que él mismo llama "" el lento, honesto y fatigoso trabajo del concepto"", para seguir hablando, en definitiva, del fondo más verdadero: la salvación