Cafeína. Dulces. Sexo. Compras. Tabaco. De modo consciente o inconsciente, todos usamos estrategias de automedicación cuando nos sentimos amenazados o abrumados por la tensión y el cansancio. Pero, ¿cómo podemos explicar el hecho de que algunas personas hagan frente a la presión acudiendo al gimnasio mientras otras lo hacen bebiendo un vaso de vino? ¿Qué ayuda más a reducir la tensión y aumentar la energía: un corto paseo de diez minutos, media hora de meditación o dos horas de televisión? En cualquier caso, nuestros estados de ánimo se ven directamente afectados por nuestra salud, por el tipo de alimentación que practicamos, por la cantidad de horas que dormimos, por el ejercicio físico (o su ausencia) y por cada momento del día, a la vez que están estrechamente relacionados con los ritmos de nuestro pasado evolutivo. Por eso, para comprenderlos y dominarlos, lo mejor es investigar la biología subyacente de esos ciclos diarios de energía y tensión, romper con nuestros hábitos más autodestructivos y, en fin, aprender a llevar una vida más enriquecedora y agradable: algo que este libro consigue explicar mediante una exhaustiva investigación de los estados de ánimo que convierte a éstos en barómetros fundamentales de nuestra psicología y nuestra fisiología.