Cuando Marin sale de prisión, tras cumplir tres años de condena, pergeñan el plan que debe cambiarles la vida para siempre, el delito que los salvará de una vida de delitos: el asalto al casino de la región. Pero, como era de prever, las cosas se tuercen, quizás en la banda hay algún soplón, quizás el que parece morir en el tiroteo es el que se fuga con el dinero, quizás Pierre, el narrador, deberá pasar unos años en prisión antes de emprender su peculiar ajuste de cuentas con sus socios del fallido atraco perfecto. Esta novela, que publicó a sus veintiocho años, consolidó a Tanguy Viel como la nueva gran estrella de la narrativa francesa. Su «absoluta perfección» particular consiste en trenzar las lecciones de los maestros del nouveau roman con ecos de los grandes clásicos del género negro y con procedimientos y atmósferas que parecen más cercanos al cine que a la misma literatura.