Con un estilo que algunos han calificado de «realismo alucinatorio», "Dog Soldiers" nos lleva a Saigón en los últimos días de la guerra de Vietnam. Allí, Converse, un periodista de tercera en busca de experiencias, se embarca en el tráfico de tres kilos de heroína con ayuda de un ex marine, Hicks, que se encargará de transportarla. Sin embargo, de vuelta en EEUU, descubre que su mujer y Hicks han desaparecido con la droga huyendo de un corrupto policía federal que pretende utilizar a Converse para dar con ellos. Se inicia entonces una persecución frenética por media California que es uno de los retratos más escalofriantes del inhóspito panorama moral de un país que había dejado ya muy atrás la paz y el amor: gurús venidos a menos, hippies entregados a la violencia, especímenes hollywoodienses, yonquis desahuciados, pseudointelectuales en caída libre, y una clase política y periodística absolutamente corrompidas. Todo ello con un ritmo brutal y una mirada despiadada que sitúan "Dog Soldiers" en un puesto de honor dentro de esa tradición que va de Conrad a Hemingway, de Peckinpah a Cormac McCarthy.