Entusiasmado al terminar la tercera relectura de El barco fantasma, del capitán Frederick Marryat, Stevenson se propuso «escribir un cuento, una historia que abarque muchos años y muchos países ... una historia que siga las grandes líneas del libro que había estado leyendo...» Sirviéndose de la rivalidad entre los dos hermanos de una noble familia escocesa, Stevenson plantea en El barón de Ballantrae la imposible lucha entre el hermano vivo (esencialmente bueno) y la sombra heroica del primogénito desaparecido (un ser que ha perdido toda noción de la moral y que actúa más allá de todo escrúpulo). «Pese a que la idea de un hombre que vuelve a la vida ?dice Stevenson? quedaba totalmente fuera del ámbito de la aceptación general, ... encajó de inmediato en mi proyecto... Tenía que crear una especie de genio malvado para sus amigos y para su familia, someterle a varias desapariciones y hacer de su reaparición final desde el foso de la muerte, en el bosque helado americano, la última y más desalentadora de la serie». El resultado es una apasionante novela de misterio y aventuras, que se desarrolla en Escocia, la India y Norteamérica, en escenarios marinos y continentales, en ambientes tanto de salvajismo como de civilización, y que a la postre, gracias al magisterio de Stevenson, resulta estar emparentada con la gran tradición gótica.