'Todo escritor, incluso el más fantástico, refleja en sus territorios literarios la huella de los territorios vitales de los que como persona ha tenido experiencia. La literatura es el dominio de la memoria, por un lado, y del descubrimiento y la aventura, por otro. Al primero corresponde la evocación de la tierra propia, en la distancia o la proximidad. Al segundo, el afán de indagar la tierra extraña. Viajar y relatarlo, o que otros nos relaten sus trayectos, nos ayuda a sentirnos como lo que en el fondo somos. Habitantes de un espacio común que es la casa de todos. Los textos que reúne este libro son el fruto de años de viajar y escribir. Lo que hemos visto explica lo que somos. De la suma de los pasos, unos voluntarios, otros fruto del azar o la obligación, termina por hacerse el mapa diverso de esa patria personal, sin bandera ni pasaporte, que cada uno lleva dentro'.(Lorenzo Silva).