¿Qué pasaría si, en el momento fundacional de la modernidad, el personaje principal no fuera el yo cartesiano, sino ese otro personaje que Descartes llamó genio maligno? Esa es la hipótesis que plantea el presente ensayo: ¿qué ocurriría si en lugar de la agotada certeza del yo, el mundo moderno se hubiera asentado más bien sobre la confusión y sobre la trampa que se condensan en la metáfora del genio maligno? Desde esa hipótesis, la mayor parte de las configuraciones filosóficas de eso que llamamos modernidad aparecen transfiguradas, se convierten en meras repeticiones de aquel fraude básico que ocultan. Pero donde tales configuraciones velan ese gesto al repetirlo, el género de terror y los discursos sobre la angustia y la locura parecen haberlo denunciado como grietas de un edificio sin fondo. Este es el viaje apasionante que se propone en este libro, un viaje en el que autores como Poe, Stevenson o Conrad se atreven a proponernos lecturas de Nietzsche, Heidegger o Deleuze y Foucault, en el que personajes como Frankenstein o el doctor Jekyll nos enseñan aspectos inéditos de la filosofía de los siglos modernos, un viaje en el que la posmodernidad se revela como el penúltimo recurso retórico de un personaje ficticio y casi olvidado.