París, otoño de 1946. El ingeniero Bornet llega con una noticia sorprendente: en el campo de trabajo de Spassk, Kazajstán, se encontraban cautivos ""setenta pilotos y marinos republicanos"". Los protagonistas: alumnos-piloto que se formaban en escuelas soviéticas, marinos de barcos confiscados, algunos de ""niños de la guerra"", desertores de la División Azul de ideología izquierdista y trabajadores capturados en Berlín, republicanos todos, a quienes la política soviética y la actitud de los dirigentes comunistas españoles, habían condenado a vivir entre alambradas. Cerca de doscientos republicanos pasaron por el Gulag, incluido el Círculo Polar Ártico: veintisiete perdieron la vida. Los supervivientes, salvo contadas excepciones, se repatriaron en los años cincuenta, después de la muerte de Stalin.La tragedia de los españoles cautivos en Rusia ilustra, en apariencia, un conflicto ideológico. Pero también delinea una cartografía de las pasiones humanas: humillaciones en Rusia, devastadora experiencia de los campos, nostalgia de patria y familia. Este es una historia de víctimas con un final extraño: jóvenes republicanos que habían salido hacia Rusia con ideales de libertad volvieron a España convertidos en anticomunistas, tal vez en antirrepublicanos, entusiastas del franquismo en algún caso.Con Españoles en el Gulag, un libro sugestivo, riguroso y polémico, Secundino Serrano presta su voz a los españoles olvidados por la historiografía oficial: ciudadanos que reclaman su lugar en la Historia.