Apartada del mundo exterior, en la celda donde cumple condena por ladifusión de «simbología extremista», Daria Serenko comienza a escribir este libro dos semanas antes del 24 de febrero de 2022, fecha oficial del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Aislada, apenas adivina la guerra inminente por elclima que se respira y por fragmentos de conversaciones interceptadosa los funcionarios. Queda en libertad un día antes del comienzo de los ataques y abandonará Rusia pocos días después.«Deseo cenizas para mi casa». Un título brutal, atronador, un golpe de furia y fiereza para un texto que comienza con la cotidianeidad en un centro de detención y que enseguida alza el vuelo y se transforma enun portentoso libro sobre la guerra y la resistencia, sobre laescritura y el ego, sobre el paso de ser una activista feminista a una antimilitarista, sobre la instrumentalización de la muerte, sobre elexilio y la identidad, sobre la lengua, sobre la necesidad dedescolonizar la mente y los valores, sobre la educación heredadageneración tras generación y las consecuencias del caráctercolonizador y opresor de Rusia, sobre la importancia de matar al padre y, por extensión, a la patria y al Estado, a lo que siempreconsideraste tu hogar, sobre la culpa, la vergüenza y laresponsabilidad política y social. Testimonios, cuentos, entrevistasimaginarias, sátiras hiperbólicas, listas y poemas…, Todos losgéneros y registros de voz se entrelazan en un caleidoscopio brevepero abrumador para componer una condena contundente y, a la vez,poética de la política represora de Putin y de los devastadoresefectos de la guerra.