Tal y como dice el propio Erwin Schrödinger en el prefacio, su dedicación a la filosofía ha sido permanente y profesional. Pero sus intereses han ido hacia la especulación de temas generales y éstos han constituido la base de su visión científica. Su oposición obstinada, y en ciertas ocasiones violenta, a la mecánica cuántica es un ejemplo de su concepción filosófica, según la cual el mundo físico es plenamente comprensible en cuanto que es consecuencia obvia del carácter «mental» de la realidad. Si el mundo físico es expresión de una Mente Universal, su estructura debe ser accesible a la mente y no inaccesible como pretende la mecánica cuántica. La primera y segunda parte de Mi concepción del mundo fueron escritas con un intervalo de 35 años, y su coherencia, a pesar de los años que distancian estos textos, demuestra la profundidad y la raigambre de sus ideas filosóficas. Completa este volumen Mi vida, texto autobiográfico que terminó dos meses antes de morir y que, más que un perfil de su historia, recoge los hechos más determinantes de su vida.