Es cierto que nunca se ha perdido la conexión entre el bautismo y laPascua, aunque muchos cristianos siguen sin ser conscientes hoy deesta relación fontal. Tampoco suelen dar importancia a las gravesconsecuencias que conlleva circunscribir el bautismo a la esferaprivada de la familia, separándolo de la vida litúrgica de laIglesia.De forma imperceptible, el sacramento del agua y del Espíritu hadejado de nutrir la piedad de los cristianos, hasta el punto de que ya no configura su visión del mundo ni sus actitudes en la sociedad.Este libro tiene como finalidad ayudar a redescubrir el bautismo, susignificado, fuerza y alcance. Y lo hace tomando en serio el antiguoprincipio «lex orandi lex est credendi»: la norma de lo que se celebra es la norma de lo que se cree. Urge redescubrir este sacramento quelleva a experimentar la Pascua y Pentecostés de forma personal.Mediante el bautismo, el nuevo cristiano es incorporado al Pueblosanto que guía el Espíritu y vive ya, anticipadamente, el octavo día,el día sin ocaso del Reino. Alexander Schmemann (1921-1983) fueprofesor de teología litúrgica en el Seminario ortodoxo de SanVladimir, en Nueva York, y un referente intelectual para la Iglesiaortodoxa y el ecumenismo.