Un día preferí refugiarme en las palabras como amantes escribiendoentre melancolía y creando versos en tono de triste, simplementehablar de la mediocridad y hacer de la poesía un diario de sueñoslúcidos, frases inconclusas y noches en vela.Escribiendo en frío encuentro la única forma de sentir calor.A menudo juego a inventarme vidas totalmente contrarias a la mía,quizá sea porque no estoy contenta por mis logros, quizá sea por elpuro placer de la dramaturgia.He de reconocer que a veces llega a hacerme tanto daño el personajeque me he creado yo misma que no puedo ni respirar.He dejado ir para encontrar, asumiendo que no puedo meter el mar encubos.Veo mi vida pasar en fotogramas pixelados por la censura del contenido y, cuando llega el final de la película, no puedo ni escribir minombre. Primero, porque no lo recuerdo, segundo, por lo que me tiembla el pulso.El terror ha venido a visitarme y ha plantado su bandera con la luz de detrás del túnel.Soy algo así como una persona de paso en medio de ningún lugar, conmucha hambre y sin alimento.Este es un libro para personas que temen la incertidumbre, que nopueden beber aunque tengan sed. Un libro para los que viven en lainercia del «¿y si ». Un escrito para olvidados trapecistas de la vida sin sentido del peligro.Es tiempo de alegorías, de dos más dos igual a cinco, tiempo de sal.