Esta novela es la reedición, veinte años después de su lanzamiento, de lo que podríamos considerar el primer clásico de literatura gay en nuestro país. En su momento supuso un éxito sin precedentes que vendió miles de ejemplares. Todo un mito que vuelve estar disponible para una nueva generación de lectores. El Gladiador de Chueca relata, en un monólogo lleno de colorido, las andanzas vitales y sexuales de un joven chapero en el Madrid de hace un par de décadas. Tal es el realismo de su lenguaje, que más que leerse, parece que se escucha la voz del protagonista. La presencia de un silencioso interlocutor provoca las confidencias íntimas del joven -un antihéroe adolescente y barriobajero- en las que, sin pudor, relata sus aventuras en el mundo mal conocido de la prostitución masculina. El Gladiador de Chueca -cuyas raíces habría que buscarlas en la novela picaresca- relata una historia de aprendizaje, una aventura entrañable y divertida cargada de erotismo, que comienza en un internado en el que el protagonista descubre el amor no correspondido y las consecuencias de su diferencia, para continuar en la gran ciudad y sus lugares turbios donde el chapero es procurado por otros hombres a cambio de unos billetes. Carlos Sanrune consiguió una novela de estructura innovadora, de una agilidad, un ritmo y un entrañable sentido del humor pocas veces visto en nuestra literatura actual. Es una de esas novelas que enganchan al lector desde las primeras páginas. Una novela que se lee de un tirón. En esta ocasión la novela se presenta acompañada por un prefacio del propio autor y por un anexo final denominado La representación del antihéroe en El Gladiador de Chueca, escrito por Luis Mora Álvarez, profesor de español en la una prestigiosa universidad americana.