Minerva sive de causis linguae latinae es la obra cumbre del Brocense. Con sus cuatro bloques (estudio de las partes de la oración, del nombre, del verbo y de las figuras), la Minerva un estupendo esfuerzo por someter el estudio de la lengua a la razón. Frente a los primeros gramáticos del Humanismo (Lorenzo Valla, Antonio de Nebrija), que escriben gramáticas basadas en el usus de los autores antiguos, con un carácter exclusivamente normativo, el Brocense pone como piedra angular de todo su sistema gramatical la ratio: no reconoce otra autoridad que la razón. El Brocense llevó hasta sus últimas consecuencias la racionalización del estudio gramatical. Su obsesión por encajarlo todo en esquemas racionales lo arrastra en ocasiones a extremos de dudosa aceptabilidad: como cuando considera que el hipérbaton latino es un desorden, o cuando se sirve más de lo debido de la elipsis, instrumento esencial de su sistema. En esa búsqueda de esquemas racionales trasciende las fronteras de la lengua latina, para llegar hasta una gramática general.