Rafael Sánchez Ferlosio regresa con un magistral ensayo, incomparable en su lucidez e insuperable en su maestría lingüística, sobre el sentido y sinsentido de las guerras.
Barack Obama dijo de algún estado norteamericano que, deprimido y aburrido por la recesión y por el paro, se había abandonado al culto de Dios y al culto de las armas; de ahí he sacado yo el título God & Gun, que además me parece un lema ideal para un escudo de Estados Unidos. Yo también, sin embargo, entre los quince y los veinte años, era tan religioso como apasionado de la escopeta; por la conjunción de estas dos cosas, mi padre me comparaba con Nemrod y me hacía fiestas recitándome aquello de Génesis 10, 9: «Nemrod, vigoroso cazador a los ojos del Altísimo». Estos apuntes empezaron siendo un artículo de respuesta a otro de Fernando Savater, pero ya se sabe que los grafómanos o plumíferos estamos expuestos a la pulsión de desviarnos con cualquier pretexto que se cruce, y ya no puede saberse adónde iremos a dar. Había empezado a principios del 98, pero la oscuridad y la tristeza me cortaron en seco sin acabar el año. Escribí otras muchas cosas, pero la incertidumbre y el escepticismo crecientes que son propios de todo envejecer no me dejaron volver a aquello hasta cumplir los ochenta años: no sé qué impulso me llevó a rematar el actual Libro VII y escribir, como en unos dos meses, todo el VIII, no puedo tan siquiera imaginar cuán distinto del que habría podido prever hace diez años.
Rafael Sánchez Ferlosio regresa con un ensayo deslumbrante sobre la historia, la guerra, la religión, el derecho y el fanatismo (pasado y presente).