Durante demasiado tiempo se ha cargado sobre los hombros del sistema democrático fardos tan pesados como la igualdad económica, la verdad o el bien común. El carácter inalcanzable de esos ideales ha provocado cierta frustración con el funcionamiento de las democracias realmente existentes, y como consecuencia muchos sintieron que la única forma de recuperar el prestigio de este sistema político residía en reducir las expectativas; así, para los teóricos de la democracia liberal, ésta ha llegado a ser sobre todo una forma de resolver los conflictos sin derramamiento de sangre. A juicio del autor, esa operación de adelgazamiento ha ido demasiado lejos, pues si bien se dejaron de lado algunos ideales cuya consecución era ciertamente ilusoria, también se abandonaron otros que no sólo resultan factibles, sino que están en la base misma de la democracia y sin los cuales ésta carece de sentido. ""En este libro -señala Ignacio Sánchez-Cuenca- pretendo recuperar parte de la confianza perdida en el funcionamiento del sistema democrático. La democracia -afirma- puede ofrecer más de lo que sus críticos admiten. El ideal de un conjunto de personas libres e iguales que toman decisiones colectivas en función de sus preferencias sobre qué tipo de sociedad construir tiene todavía un potencial radical que dista mucho de haber sido agotado."" Este libro agudo, inteligente y provocador defiende la idea de que en el binomio ""democracia liberal"" lo liberal ha llegado a pesar demasiado y la democracia demasiado poco.