La novela de Sahebjam arranca de un modo poderoso que ya despierta el interés del lector por saber hacia dónde le llevará: el poeta Omar Khayyan y su condiscípulo se encuentran después de mucho tiempo, con el propósito de devolver el esplendor a Oriente, que quizá pase por recuperar la austeridad y la espiritualidad de otros tiempos. Los debates entre personaljes se convierten en uno de los grandes acicates de la novela, del mismo modo que la perfecta reproducción de la vida en Alamut, la montaña desde la que Hasan Sabbah acabará dirigiendo a su enigmática secta de asesinos.