Las narraciones en las que se fundamenta el estudio que presentamos ponen sobre el tapete algunos de los peores tópicos sobre lo que supone optar por la vocación al ministerio ordenado. Las reacciones de las familias y de los amigos ante la presencia de esta vocación en alguno de sus miembros constituyen uno de los mejores indicadores. Incluso entre quienes mantienen cierta autoidentificación eclesial, domina la sensación de que ser cura -y también religioso o religiosa- presupone ir a contracorriente de lo que marca el contexto sociocultural, ciertas renuncias en el plano socioafectivo que derivan en una sensación de soledad y dificultades para la autonomía y la autorrealización personal en una estructura que sigue definida por la disciplina y la obediencia. Los consagrados son conscientes de las dificultades cuando tienen que reconocer su condición ante determinadas personas -los miembros de su cuadrilla, por ejemplo-. Les provoca miedo y hasta vergüenza, pero sortean el problema como pueden recurriendo a argumentos como los de la libertad de elección, el hecho de que en ese momento se encuentren a gusto y una relativización de su propia vocación en el tiempo, que encaja a la perfección con un clima donde no existe el camino sin retorno: 'esto no tiene por qué ser para siempre'. Las historias de vida nos transmiten, además, que el testimonio de curas/monjas de rostro concreto puede proceder de personas jóvenes o mayores, lo que rompe con el mito de que cuanto más jóvenes sean, la conexión y la empatía resultarán más fructíferas. Pero ni siquiera tener una buena imagen de personas representativas de la institución es una panacea para hacerse interrogantes vocacionales. Izaskun Sáez de la Fuente es licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Deusto y doctora en Ciencia Política y de la Administración por la Universidad del País Vasco. Es responsable del Departamento de Investigación y Docencia del Instituto de Teología y Pastoral de la Diócesis de Bilbao. Jesús Sánchez Maus es presbítero diocesano. Diplomado en Magisterio y Licenciado en Teología por la Universidad de Deusto, ha ejercido como formador en el Seminario Diocesano de Bilbao y Encargado de Pastoral Vocacional al Ministerio Presbiteral. Actualmente es cura de la Basílica de Santa María de Portugalete.