Nos encontramos ante un libro atípico, un testimonio excepcional. ¿Cómo explicar de otro modo que, escrito al otro extremo del mundo y hace casi cuarenta años, estas confesiones de una prostituta se sigan leyendo con apasionamiento y sigan planteando temas aún hoy de gran interés?
Ruth Mary: prostituta fue fruto del encuentro entre Julio Ardiles Gray, escritor y periodista, y Ruth Mary, que un día apareció en su despacho, se presentó como prostituta y manifestó sus deseos de contarle su vida. Ardiles acogió el proyecto con cierto escepticismo, pero accedió a escucharla, y a las pocas sesiones vio que tenía entre las manos un material tan rico que merecía la pena hacer con él un libro.
En realidad, es más que probable que cayera bajo la fascinación de una mujer de inteligencia e intuición sorprendentes dada su escasa formación, rebelde e independiente hasta la médula de los huesos, humillada y maltratada, encerrada en cárceles y manicomios, repudiada por su familia, pero siempre saliendo a flote.
Las reflexiones de Ruth sobre el sexo, las relaciones amorosas, los celos, la vida y la sociedad, son de una lucidez y desolación sin límites, pero, extrañamente, no pierde la confianza en que algo, tal vez desde el ámbito religioso, pueda sustituir este mundo miserable por otro donde imperen la justicia y el amor.