Esta obra recoge una serie de cuestiones de índole procesal y de dogmática jurídico-penal. Todos los trabajos exponen como hilo conductor visible un punto de partida político-criminal que tiene como base axiológica la necesidad de que el sistema penal y las garantías constitucionales que limitan el poder penal de Estado se encuentren en una relación dinámica pero no conflictiva. Las reflexiones que aquí se ofrecen al lector descansan en un modelo teórico que entiende que el sistema de la teoría del delito y el sistema de enjuiciamiento no son realidades normativas totalmente autónomas, sino manifestaciones de una misma política criminal que debe encontrar un adecuado equilibrio entre la demanda social de eficiencia -siempre presente-y la demanda ética e institucional de respecto a las libertades garantizadas en el texto constitucional. En cada una de las temáticas elegidas se define un porcentaje de este dilema.