Quinientos años después de su escritura, en 1513, El príncipe sigue siendo objeto de debate. ¿Es un manual escrito para que los gobernantes sepan cómo manejar al pueblo o es un aviso al pueblo acerca de cómo somos manejados por los gobernantes? ¿Es el trabajo de una mente perversa o el juicio de un pensador adelantado a su tiempo? La ambigüedad, la dualidad, es una constante en la obra y en la vida de Niccoló di Bernardo dei Machiavelli. De hecho, no debemos diferenciar la una de la otra. La complejidad de su descarnado análisis socio-político toma mayor altura cuando uno conoce las angustiosas circunstancias que rodearon la creación de sus textos, su atormentando periplo vital. El príncipe de Maquiavelo es un monólogo compuesto íntegramente por fragmentos de las obras El príncipe, Del arte de la guerra, Discursos sobre la primera década de Tito Livio, La mandrágora y correspondencia personal del político y estratega florentino. Una apasionante experiencia filosófica y teatral donde Juan Carlos Rubio funde obra y creador, dotando de voz propia a un fascinante personaje al que demasiados han condenado a la oscuridad moral sin darle siquiera la oportunidad de explicarse.